“El mensaje de Jesús sobre la llegada
del Reino de Dios debe ser entendido, pues, en el horizonte de la pregunta de
la humanidad por la paz, la libertad, la justicia y la vida”. (kasper, 2013,
p.118)
“…el reinado (Herrschaft) de Dios no
tiene que ver primordialmente con un reino (Reich), sino con el señorío
(Herrsein) de Dios, con la demostración de su majestad o gloria
(Herrlinchkeit), con la condición divina de Dios…”.(kasper, 2013, p.127)
JESÚS
es la expresión del REINO DE DIOS, en otras palabras el Reino de Dios es Jesús
mismo.
Él es
el único camino para llegar a una humanidad plenamente dignificante, siguiendo
sus enseñanzas, expresadas a través de los EVANGELIOS y el NUEVO TESTAMENTO. Gracia
a Cristo la humanidad tiene el camino para llegar a la armonía en comunidad,
superando la pobreza, el analfabetismo, proyectándose al desarrollo sostenible
y sustentable en equidad y con respeto del medio ambiente. Jesús dignifica a todo ser humano, no excluye
a nadie y toda la humidad está invitada a participar de su reino, de ÉL MISMO.
Nosotros los
cristianos, si somos consecuentes con el mensaje que proclamamos, debemos
abrazar con mucho amor a todos aquellos que viven afligidos por la falta de
recursos económicos, y no debemos quitarle la vista al pobre. En efecto, si
somos indiferentes con los pobres, especialmente con lo que han nacido en
condiciones humildes, tal como nació Jesús, no podemos decir que sentimos o
conocemos que es la palabra caridad. Por tanto, ser cristiano, es reconocer que
de algún modo, se nos ha conferido la facultad para anunciar a los pobres la
Buena Nueva del Evangelio, y expresar con el corazón dilatado, “Bienaventurados
los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios”. (Lucas 6, 20).
(http://www.caminando-con-jesus.org/reflexiones/xvi.htm)
Y son variadas
las formas de pobreza que existen hoy, son muchos los tipos de desigualdades,
como son muchas las formas de ayuda a las cuales podemos recurrir, nuestro
punto de partida debe comenzar por el reconocimiento de la realidad actual de
la pobreza y de las causas que la originan. Esta condición es necesaria para
responder con eficacia al llamado solidario que nos hace Jesús desde el
Evangelio para con nuestros hermanos los más necesitados, el que nos compromete
a una sincera voluntad de amar y servir al que sufre. Y pide el Señor: “Cuando
des un banquete, llama a los pobres” (Lucas 14,13) "Sal en
seguida a las plazas y calles de la ciudad, y haz entrar aquí a los pobres y
lisiados, y ciegos y cojos." (Lucas 14, 21), “Todo cuanto
tienes véndelo y repártelo entre los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos;
luego, ven y sígueme” (Lucas 18,22) “Porque pobres tendréis siempre
con vosotros” (Mateo 26,11) Y si hay voluntad de compartir, poder
aspirar a ser como Zaqueo que le dice a Jesús puesto en pie: “Señor: Daré,
Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le
devolveré el cuádruplo” (Lucas 19, 8)(http://www.caminando-con-jesus.org/reflexiones/xvi.htm)
EL MANDAMIENTO DE CRISTO
Ser justo se identifica con hacer la voluntad del Padre (Mt
7,21.24.26), revelada en las palabras de Jesús. Pero remitiéndonos a la
parábola de los dos hijos (Mt 21,28-31 a), nos preguntamos: "¿Quién hace
la voluntad del Padre?" Jesús responde así: "Os aseguro que los
publicanos y las prostitutas entrarán en el reino de Dios antes que vosotros.
Porque Juan vino por el camino de la justicia y no creisteis en él, mientras
que los publicanos y las prostitutas han creído en él. Pero vosotros, aun
viendo esto, no os habéis arrepentido ni creído en él" (Mt 21,31b-32).
Hacer la voluntad del Padre es creer en el anuncio del camino de la justicia,
del que habla Jesús en el sermón de la montaña, y ponerlo en práctica (Mt
5,6.10.20; 6,1.33). El mismo Jesús cumple toda justicia (Mt 3,15), ya que
realiza perfectamente el plan salvífico de su Padre.
Hemos meditado
un poco la grandiosidad y la delicadeza del Amor que el Padre nos ha
manifestado a través de Cristo Jesús. Ciertamente él nos “amó hasta el
extremo”(Jn 13,1). Pero todo amor exige ser correspondido. Y Jesús, la
noche antes de que lo asesinaran, manifestó con toda claridad cómo quería ser
correspondido:
Ahora les doy mi
Mandamiento:
Ámense unos a
otros, como yo los amo a ustedes.
No hay amor más
grande que éste: dar la vida por sus amigos.
Ustedes son mis
amigos, si cumplen lo que les mando...
Y yo les mando
esto: que se amen los unos a los otros
(Jn 15,12-14.17)
En esto
conocerán todos que ustedes son mis discípulos:
si se aman unos
a otros.
(Jn 13,35)
SAN JUAN 8,1-11
3 Entonces los escribas y los fariseos le llevaron una mujer
sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio,
6 Mas esto decían tentándole, para tener de qué acusarle. Pero
Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en la tierra con el dedo.
7 Y como insistieron en preguntarle, se enderezó y les dijo: El
que de entre vosotros esté sin pecado sea elprimero en arrojar
la piedra contra ella.
9 Al oír esto, acusados por su conciencia, salieron uno a
uno, comenzando desde los más viejos hasta los últimos; y quedaron solo Jesús y
la mujer, que estaba en medio.
10 Y enderezándose Jesús y no viendo a nadie más que a la
mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te ha condenado?
"Porque si ustedes perdonan a otros el mal que les han hecho, su Padre que está en el cielo los perdonará también a ustedes; pero si no perdonan a otros, tampoco su Padre les perdonará a ustedes sus pecados”. (Mateo 6:14-15)
“Y cuando estén orando, perdonen lo que
tengan contra otro, para que también su Padre que está en el cielo les perdone
a ustedes sus pecados”. (Marcos 11:25)
“El odio provoca peleas, pero el amor
perdona todas las faltas”. (Proverbios 10:12)
“Sean buenos y compasivos unos con otros, y
perdónense mutuamente, como Dios los perdonó a ustedes en Cristo”. (Efesios
4:32)
“Aunque peque contra ti siete veces en un
día, si siete veces viene a decirte: No lo volveré a hacer, debes
perdonarlo." (Lucas 17:4)
“Entonces Pedro fue y preguntó a Jesús:
Señor, ¿cuántas veces deberé perdonar a mi hermano, si me hace algo malo?
¿Hasta siete? Jesús le contestó: No te digo hasta siete veces, sino hasta
setenta veces siete”. (Mateo 18:21-22)
“Si alguno dice: "Yo amo a Dios",
y al mismo tiempo odia a su hermano, es un mentiroso. Pues si uno no ama a su
hermano, a quien ve, tampoco puede amar a Dios, a quien no ve. Jesucristo nos
ha dado este mandamiento: que el que ama a Dios, ame también a su hermano”. (1
Juan 4:20)
“Porque toda la ley se resume en este solo
mandato: "Ama a tu prójimo como a ti mismo". (Gálatas 5:14)
“Si alguno dice que está en la luz, pero
odia a su hermano, todavía está en la oscuridad. El que ama a su hermano vive
en la luz, y no hay nada que lo haga caer”. (1 Juan 2:9-10)
“Recuerda los mandamientos y no odies al
prójimo; piensa en la alianza del Altísimo y perdona las faltas”. (Eclesiástico
28:7)
REFLEXIONA:
1.
¿Qué es el REINO DE DIOS?
2.
¿Qué te pide DIOS?
3.
¿Cómo puedes contribuir al REINO
DE DIOS?
4.
¿Por qué el REINO DE DIOS
dignifica al ser humano?
5.
¿Por qué el REINO DE DIOS es el
único camino para una sociedad justa?
6.
¿Cuál es el querer de Dios en
el NUEVO TESTAMENTO?
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